Orfebre Caprara
Mi nombre es Juan Manuel Caprara, nací en Buenos Aires (Argentina) el 25 de febrero de 1971 y pasé mi infancia en una colonia holandesa a orillas del atlántico, debido a que mis padres evitaban la difícil situación que se estaba viviendo en Buenos Aires (militares).
En mi adolescencia regresamos a la ciudad y me diplomé de técnico electrónico (1988), estudié robótica en la Escuela Hebrea O.R.T de Buenos Aires y finalizados los estudios (1992) descubrí mi vocación por las tareas manuales, heredada por tres generaciones de herreros artesanos en la familia. El hierro y los metales siempre estuvieron en la diana de mis intereses, pero terminé experimentando con metales más nobles.
La necesidad económica me obligó a buscar empleo y la casualidad quiso que terminara en una prestigiosa joyería (Joyas Especiales Complementi, 1993), empecé por realizar tareas administrativas, pero al poco tiempo mi interés me condujo a desarrollar mis primeros diseños de joyas y su posterior realización, contando con el apoyo y amistad de los orfebres más importantes de Buenos Aires en aquel entonces.
Estudié en la Escuela de Orfebrería de Buenos Aires y me instalé como aprendiz en el taller del orfebre Alfredo Garavaglia. Con él tuve la posibilidad de ver y colaborar en la hechura de piezas de gran envergadura, y también desarrollar mi aprendizaje en las variadas técnicas en las que se soporta la orfebrería (dibujo, grabado, esmaltado, cincelado, modelado y escultura en cera, etc) (1997).
Contemporáneamente a mis experiencias con Alfredo, comencé a trabajar para Juan Amato y Antonio Mariani, dos orfebres que trabajaban la joyería clásica, en donde realicé trabajos para Cartier y los más exclusivos negocios de la ciudad. Hacia el año 1999 me independicé y comencé a trabajar por cuenta propia. Pero como mis expectativas en Buenos Aires no se cumplían y puesto que para mí y mi familia quería un mejor futuro me traslade a Italia.
Después de haber pasado por Milán y ver lo que esta ciudad ofrecía, proseguí el viaje hacia Cerdeña (de donde es oriunda la madre de mi hija) (2000). Allí ocupé el roll de modelista en la única fábrica de joyería existente y sucursal de una conocida casa de Valenza (país del oro en Italia)(2003).
Con el paso del tiempo, mis aspiraciones artísticas crecieron y fue surgiendo un estilo en mis piezas, ya que el empleo de la técnica del esmaltado sobre metal fue muy valorado por su originalidad. A medida que mis diseños me abrían paso y reconocimiento en Cerdeña descubro una nueva forma de comunicarme con el público. Esta se basaba en una manera original de exponer las obras y la realización de un taller en vivo. Un espectáculo que la gente pocas veces tenía la oportunidad de ver. Suspendidas mis labores en la fábrica me dediqué en exclusiva a trabajar con la Asociación de Artistas de uno de los lugares más turísticos de la isla. Esto me permitió experimentar y aprender a comunicarme en todos los sentidos con la gente que luego compraría mis piezas, es decir, a ofrecerles una pieza a su medida haciéndoles partícipes del proceso, y coprotagonistas del mismo.
Así se genera un momento mágico, que nutre a ambos, un ida y vuelta energético que satisface al espectador y renueva la inspiración creativa del artista.
En el año 2011 me traslado a España y tras un año de experimentación en Barcelona en donde tuve la oportunidad de exponer mi obra y dictar un módulo de orfebrería básica organizado por el ayuntamiento del Barrio Hebreo (Call), decido reunirme con mi familia en Santander, donde actualmente resido.
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